Prevención del suicidio en adolescentes

Desde el punto de vista de la salud pública, el suicidio es uno de los principales problemas en el ámbito mundial y, al menos en México, se ha presentado un incremento sostenido e ininterrumpido de casos desde hace más de cuarenta años.1

El 10 de septiembre fue instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (International Association for Suicide Prevention, IASP por sus siglas en inglés) el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, cuyo objetivo es que los países logren implementar y promover acciones eficaces para prevenir el suicidio y fomentar a nivel global compromisos y medidas prácticas para ayudar a proteger a la población con comportamiento suicida.2

En esta nota se abordará el contexto epidemiológico del suicidio y su impacto entre la población adolescente, los factores de riesgo asociados con este importante problema de salud, así como su abordaje preventivo.

Contexto epidemiológico del suicidio

El riesgo de suicidio es la principal urgencia psiquiátrica en el ámbito mundial.3 De acuerdo con reportes de la OMS, el suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes y adultos jóvenes.1,4

En nuestro país, la conducta suicida no sólo se consuma, sino que el número de personas que se quitan la vida también ha tenido un aumento considerable en lo que va de las últimas décadas.1,3

El riesgo de suicidio es la principal urgencia psiquiátrica en el ámbito mundial.

El suicidio en cifras

Según la OMS, los adolescentes tienen un mayor riesgo de suicidio en comparación con otras poblaciones en el mundo.4 En ese sentido y de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se trata de un problema de salud mental que afecta principalemente a los adolescentes y jóvenes de hasta 24 años de edad.2,4

De acuerdo a la Secretaría de Salud, 17% de todos los suicidios en México corresponde a la población adolescente.4 Por su parte, la Encuesta Nacional de Salud (ENSANUT) estimó que durante 2020 se registraron 1 150 suicidios entre niños y adolescentes, lo que equivale a 3 casos diarios, en promedio (cerca del triple de las muertes a causa del COVID-19 a lo largo del mismo periodo).5

  • En el mundo, cada 40 segundos se suicida una persona.3
  • A nivel mundial, 3 de cada 4 suicidios ocurren en países de ingresos medios y bajos.1
  • El suicidio representa cerca del 50% de las muertes violentas para hombres y más de 70% para mujeres.1
  • En México ocurrieron 8 351 fallecimientos por lesiones autoinfligidas durante 2021 (tasa de suicidio: 6.5 por cada 100 mil habitantes).2
  • Los hombres mexicanos entre 15 y 29 años de edad son el grupo con mayor riesgo: 16.2 suicidios por cada 100 mil hombres entre estas edades (la tasa en mujeres es de 2.4 por cada 100 mil).2

Además, en hombres el porcentaje de intentos de suicidio que llegan a consumarse es muy alto (81.6%). Por el contrario, aunque hay más intentos de suicidio entre mujeres, estos son de menor letalidad.3

Otro aspecto diferencial entre hombres y mujeres radica en los métodos para consumar la muerte. En hombres, el método más empleado es el ahorcamiento, el uso de armas de fuego y el lanzamiento al vacío; mientras que las mujeres suelen emplear fármacos psiquiátricos o para otras prescripciones a muy altas dosis.3

En hombres, los métodos de suicidio más empleados son el ahorcamiento, el uso de armas de fuego y el lanzamiento al vacío.

Factores de riesgo en adolescentes

Existen señales de alerta y factores de riesgo muy bien identificados que pueden anticipar un intento de suicidio:3,5

  • Aspectos emocionales: depresión, ansiedad, baja autoestima, sentimientos de miedo o culpa extremos, sentimientos de rechazo y antecedentes de autolesiones.
  • Aspectos sociales: reducción en la cantidad de amistades y aislamiento social (especialmente de las personas cercanas) y sentimiento de falta de apoyo por parte de la familia o la sociedad.
  • Consumo y/o abuso de sustancias: alcohol, tabaco y drogas ilegales.
  • Procesos de duelo recientes o mal afrontados: ya sea de un familiar, mascota, separación entre los padres, problemas económicos familiares y desempleo de uno o ambos jefes de la familia.
  • Antecedentes de violencia: maltrato físico, emocional, sexual y/o psicológico, abandono o negligencia por parte de los cuidadores, acoso escolar (bullying) y ciberacoso, así como antecedentes de tener al alcance medicamentos y/o armas de fuego.
  • Antecedentes de suicicio: pensamiento suicida o el haber realizado intentos de suicidio previos, así como el antecedente de suicidio en familiares o personas cercanas con intento de suicidio, consumado o no. También involucra el realizar búsquedas en internet o en redes sociales sobre temas relativos al suicidio.
  • Trastornos de la conducta alimentaria: los problemas de salud mental más frecuentemente asociados con la alimentación son la anorexia, la bulimia (incluído el uso de laxantes o diuréticos y los ayunos o la práctica de ejercicio excesivo) y el trastorno por atracón.
  • Problemas cognitivos: baja del rendimiento académico, conductas hiperactivas y de riesgo físico (práctica de retos virales para infringirse daño a sí mismos), así como trastornos de la concentración y la atención en el hijo adolescente.

Abordaje oportuno del suicidio

En la actualidad, el fenómeno del suicidio entre los adolescentes cobra enorme relevancia derivado de su asociación con la pérdida de vida prematura, lo que implica una carga sustancial en términos económicos, sociales y psicológicos, tanto para los individuos afectados como para sus familias y la sociedad en su conjunto.1

Adicionalmente, resulta crucial considerar los elevados costos sociales y económicos que están vinculados a este problema. Los intentos de suicidio, que a menudo ocurren en este contexto, pueden acarrear secuelas de índole psicológica y física sumamente graves, en algunos casos de manera permanente para el individuo implicado.1

Los intentos de suicidio pueden acarrear secuelas de índole psicológica y física sumamente graves.

Suicidio y estigma

Las enfermedades mentales en la población adulta constituyen un tema que suscita sentimientos de vergüenza tanto en las familias como en la sociedad, así como en los propios pacientes. No obstante, cuando se trata de trastornos mentales en niños y adolescentes, esta problemática adquiere una dimensión adicional: el temor a la estigmatización.4

Esto conlleva a que los síntomas presentes en los chicos que están pensando en el suicidio puedan ser ocultados, negados o incluso a que el menor busque ayuda por parte de fuentes no especializadas. Estos patrones de comportamiento, a su vez, pueden desembocar en la cronicidad de la enfermedad o incluso en el suicidio del paciente.4

Factores protectores en la prevención del suicidio

En el contexto de México, es importante destacar que ciertos segmentos de la población no acceden a los servicios de salud primarios para buscar ayuda. Aquellos que sí lo hacen suelen tener su primer encuentro con el médico general, quien desempeña un papel crucial al identificar en etapas tempranas la posible propensión al suicidio en adolescentes.4

Una vez identificados los factores de riesgo relacionados con la conducta suicida, puede ser muy valioso animar a los padres y/o cuidadores a:5

  • Fomentar la expresión emocional asertiva: permitir que los jóvenes se expresen genera un entorno de confianza y mutuo respeto. lo cual implica que puedan compartir sus emociones y también los adultos a su cuidado puedan hacerlo. Evitar narrativas que perpetúan conceptos limitantes, como “a las mujeres no hay que entenderlas, solo amarlas” o “los hombres no lloran”.
  • Establecer una comunicación abierta con el adolescente: mostrar una disposición genuina para escuchar y comprender sus emociones sin censurarlas, así como validar sus sentimientos, aunque eso no signifique que se aprueben las acciones que puedan resultar perjudiciales para ellos.
  • Demostrar afecto: mostrar amor al hijo adolescente mediante abrazos, ofreciéndole un modelo ejemplar, transmitiendo la idea de que sus logros académicos, su apariencia, orientación sexual y preferencias musicales no afectan el amor que se siente por ellos. Esto les permitirá construir valores basados en el respeto a los derechos humanos.
  • Ofrecer apoyo constante: seguir de cerca el progreso académico y las interacciones del adolescente en las redes sociales y en internet. Demostrar interés por sus amistades y las personas con las que se relacionan, confían y frecuentan.
  • Comprender sus pensamientos e ideas con empatía: ayudarles a comprender que enfrentar problemas es más efectivo cuando cuentan con el apoyo de sus seres queridos, utilizando frases, como “¿cómo te puedo ayudar?”, “¿qué te preocupa?” o “entiendo lo difícil que puede ser para ti”, y evitar imponerles cómo deben sentirse o usar frases como “ya anímate” o “no pasa nada”.
  • Buscar consejo profesional siempre que sea necesario: el papel de las madres, padres y familiares es esencial; sin embargo, hay situaciones traumáticas en la vida de los jóvenes que demandan la experiencia de profesionales en salud mental, como psicólogos o psiquiatras.
El medico general desempeña un papel crucial al identificar en etapas tempranas la posible propensión al suicidio en adolescentes.

Derivación de casos

En caso de detección o sospecha, el profesional de la salud debe realizar derivaciones pertinentes al especialista en salud mental del centro de salud correspondiente o al hospital general para una atención más especializada.4

Los casos de urgencia psiquiátrica y de sujetos en situación potencialmente suicida, se pueden atender en el Instituto Nacional de Psiquiatría, el Hospital Psiquiátrico “Fray Bernardino Álvarez” o el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, en la Ciudad de México.3

Referencias:

  1. Luna-Contreras M, Dávila-Cervantes CA. Adolescentes en riesgo: factores asociados con el intento de suicidio en México. Revista Gerencia y Políticas de Salud 2018;17(34).
  2. INEGI. Estadísticas a propósito del Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Comunicado de prensa núm. 503/22. [Internet]. 2022. [Consultado el 28 de agosto de 2023]. Disponible en: http://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2022/EAP_SUICIDIOS22.pdf
  3. Guzmán-Aguilar F, Nuñez M. Aumentan suicidios en México. UNAM Global. [Internet]. 2022. [Consultado el 28 de agosto de 2023]. Disponible en: http://unamglobal.unam.mx/global_revista/aumentan-suicidios-en-mexico
  4. Martín-del Campo A, González C, Bustamante J. El suicidio en adolescentes. Rev Med Hosp Gen Méx 2013;76(4):200-9.
  5. Suicidio infantil y adolescente: factores de riesgo y factores protectores. Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA). [Internet]. 2021. [Consultado el 28 de agosto de 2023]. Disponible en: http://www.gob.mx/sipinna/articulos/suicidio-infantil-y-adolescente-factores-de-riesgo-y-factores-protectores
¡Haz clic para calificar esta publicación!
No Comments

Lo sentimos, el formulario de comentarios está cerrado en este momento.